Pues a mayor sabiduría, mayor tormento; y a más, ciencia más dolor. (Eclesiastés 1:18)
El escritor opta por la vía del conocimiento y la sabiduría como medio para encontrar sentido y propósito en un mundo en el que todo es, según sus propias palabras: ¡Pura ilusión! Indica que lo hizo con intencionalidad, propósito, ahínco. Sin embargo, su conclusión es desalentadora pues cuanto más conocimiento uno va adquiriendo, más comprensión de la realidad va abarcando más dolor va añadiendo porque se va tomando conciencia de lo absurdo de una vida donde hay tanto dolor, sufrimiento, injusticia, pobreza, opresión y ese largo etcétera que describe lo aberrante de un mundo donde habiendo de todo para todos, tantos sufren por falta de lo más esencial. Un mundo que nos debería llevar a orar: ¡Venga a nosotros tu Reino!