Pues así debe alumbrar vuestra luz delante de los demás, para que viendo el bien que hacéis alaben a vuestro padre celestial. (Mateo 5:16)
Ser luz en el mundo, en medio de las tinieblas; brilla en el sitio donde estás. Esta expresión es una de las más queridas y apreciadas por los evangélicos. Por eso, de tan conocida, podemos llegar a perder parte sino todo el sentido que tiene.
Ser luz, a juzgar por lo que dice el Maestro, no es una actitud pasiva ¡Todo lo contrario! es una actitud activa e intencional de hacer el bien. Ser luz no consiste tan sólo en vivir, en ser una buena persona, en no hacer el mal a nadie. No es eso lo que afirma Jesús. Él habla de que precisamente porque hacemos el bien contrastamos con un entorno que se caracteriza por la ausencia del mismo. Queremos, por tanto, ser luz, pensemos pues en cómo cada día, en cada entorno en los que nos movemos hacer el bien de forma proactiva.
¿Cómo puedes hacerlo en tus entornos?