Según leemos en Lucas 3:32 Jesús fue bautizado alrededor de los treinta años de edad. Inmediatamente después comienza su ministerio público. Hago énfasis en la palabra público porque durante los años de silencio Jesús tuvo, sin duda, un ministerio privado en su casa, su familia, sus clientes y la pequeña localidad donde vivía. No dudemos que todo aquello que el Maestro predicó durante su ministerio público lo había vivido y encarnado durante esos años sobre los cuales los evangelios guardan silencio.
Del mismo modo todos nosotros tenemos ese ministerio privado, un ministerio de encarnar las verdades del evangelio para todos aquellos que nos rodean en los diferentes ámbitos en los cuales nos movemos. Es, precisamente, ese ministerio privado y encarnacional el que da autoridad y respalda el público en los momentos y situaciones en los que éste último puede darse.
No despreciemos vivir la verdad. Para muchas personas el el único evangelio que tienen disponible y el que no pueden dejar de "leer" si somos coherentes que no perfectos el vivirlo.