Está muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco. Yo te pondré al frente de mucho más. (Mateo 25:21)
Estas palabras vienen de parte del Maestro y creo que son las mejores que se pueden dar a alguien que desea ser un líder en cualquier dimensión de la vida, aunque aquí, estamos hablando del liderazgo cristiano, del trabajo del Reino.
Durante décadas lo he usado para discernir quién tiene madurez, potencial y futuro para ser un líder. Hay personas que desean, anhelan los ministerios que ofrecen proyección pública y otorgan reconocimiento. Están dispuestos a trabajar para conseguirlos, muestran disponibilidad para ocuparlos pero, lamentablemente, no les des una responsabilidad que no está a la altura de lo que su ego considera que merece, son tareas menores que no son dignas de que invierta sus dones y habilidades en ellas ¡Teniendo tanto, tanto para dar! Vamos, quieren la corona sin pasar por la cruz.
Lo interesante es que, según vemos en este pasaje, cuando somos fieles en las cosas pequeñas, es el mismo Maestro quien nos abre las puertas para posibilidades mayores, para ámbitos de influencia más importantes. Esto se debe a que nuestra motivación es servir al Señor y no servirnos a nosotros mismos por medio del ministerio. Si la motivación es la correcta ningún trabajo es demasiado pequeño o indigno y el Señor lo ve. toma nota y actúa.