¿Hasta cuándo Señor? ¿Vas a olvidarme para siempre?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Hasta cuándo estaré intranquilo...?
¿Hasta cuándo me vencerá mi enemigo? (Salmo 13:2-3)
Hay cosas que no podemos cambiar pero cuya comprensión nos puede ayudar. Hay dos tipos de tiempo diferentes. El primero es kronos, se trata del tiempo secuencial, la sucesión de las horas, los días, las semanas, los meses y los años. Es la dimensión en la cual nosotros vivimos y tratamos de controlarla. Es por eso que hemos desarrollado todo tipo, no sólo de artilugios, sino también de estrategias para vivir en esta dimensión del tiempo y poderle sacar partido.
La segunda es kayros, se trata del tiempo que se da cuando se ha de dar. A diferencia de kronos no es secuencial. Las cosas y los acontecimientos son imprevisibles, se dan en su momento, cuando una gran cantidad de situaciones se combinan para que lo que ha de suceder, suceda. Dios, para quien un día es como mil año y mil años como un simple día, se mueve en esta dimensión. Él actúa cuando es el kayros.
Esto explica la tensión que experimentaba el salmista. Pensaba en términos de kronos y no entendía el kayros del Señor. Esto da sentido a la pregunta que repite hasta en cuatro ocasiones ¿Hasta cuándo Señor? Nosotros no podemos forzar el kayros de Dios, sin embargo, entenderlo nos puede ayudar a sobrellevarlo al saber qué vendrá cuando Él lo considere. Creo que fue esta comprensión la que llevo a David a terminar su salmos con estas palabras: "Yo en tu bondad confío".