Mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, buscad siempre haceros el bien los unos a los otros y a todos. (1 Tesalonicenses 5:15)
La intencionalidad es la determinación de la voluntad hacia la consecución de un fin. Dicho de otro modo, algo que nos esforzamos para que sucede, que lo dejamos al azar o al destino. Nosotros hacemos que suceda porque le ponemos empeño a ello.
Creo que el uso del tiempo imperativo por parte de Pablo en este pasaje nos habla claramente de intencionalidad. Un imperativo no es una opción, es un mandato y estos se dirigen siempre a la voluntad. Lo que el apóstol nos está diciendo es que aunque nuestro cuerpo nos pida pagar a otros con la misma moneda, nosotros, como seguidores de Jesús tomamos la decisión voluntaria de no hacerlo. Pablo también nos indica que con la misma intencionalidad hemos de buscar -no solamente esperar- oportunidades para hacer el bien a nuestros hermanos ¡Naturalmente! pero a todas las personas en general; porque así es nuestro Dios siempre haciendo el bien de forma indiscriminada e intencional.
¿Qué oportunidades tienes en tu entorno de practicar esta realidad?