Por eso vivís alegres, aunque por un poco tiempo todavía sea necesario que soportéis la aflicción de múltiples pruebas. Claro que así la autenticidad de vuestra fe, de más valor que el oro que no deja de ser caduco aunque sea acrisolado por el fuego, será motivo de alabanza, de gloria y de honor cuando se manifieste Jesucristo. (1 Pedro 1:6-7)
Las persecuciones producen mártires y apóstatas, los dos extremos. Hay consenso que esta carta fue escrita para seguidores de Jesús que estaban pasando por tiempos de persecución a causa de su fe. Hay tres ideas muy potentes: 1ª La prueba pone de manifiesto la calidad de la fe. 2ª La prueba se puede resistir porque tenemos una esperanza, un horizonte futuro. 3ª La prueba también se puede resistir porque sabemos que un día recibiremos la aprobación de Jesús, sus palabras: "bien, buen siervo fiel".
Probablemente muchos de nosotros nunca sufriremos persecución por nuestra fe; no del tipo que experimentaron los creyentes del siglo I. Sin embargo, podemos dar por sentando que nuestra fe será probada por las circunstancias de la vida, económicas, familiares, culturales, políticas, relacionales, de salud y un etcétera tan largo como tu creatividad permita.
El punto es que nunca sabremos la calidad de nuestra fe hasta que no sea probada. Además, la prueba pondrá de manifiesto aspectos de nuestra vida en los que Dios desea y necesita trabajar y que sin ella, sin la prueba, nunca se pondrían de manifiesto.
¿Cómo intuyes que es la calidad de tu fe?