Estad, pues, vigilantes ya que no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor... ¡Feliz aquel criado a quien su amo encuentra cumpliendo con su deber! (Mateo 24:42 y 46)

Todo el capítulo 24 del evangelio de Mateo está dedicado a las señales del fin del mundo y son legión los libros y tratados que se han escrito sobre el tema; un tema que se presta a todo tipo de especulaciones. Sin embargo, creo que la parte más significativa del discurso de Jesús es su invitación a que no nos centremos en especular sobre cuál será la hora de su venida -algo que el propio Maestro reconoció que ni él mismo sabía- y, al contrario, que nos centremos en desarrollar un estilo de vida vigilante ante la incerteza de cuándo sucederá. 

Si caminamos día a día con el Señor. Si vivimos como agentes de restauración y reconciliación en todos los entornos en los que el Señor nos ha colocado, haciendo de la práctica del bien a otros nuestros estilo cotidiano de vivir; entonces no nos debería inquietar cuándo el Señor venga,  porque sea cuándo sea, sin la más mínima duda nos encontrará haciendo su voluntad y construyendo su Reino.

Creo que la escatología en las Sagradas Escrituras no tiene como finalidad enzarzarnos en interpretaciones dispares y contradictorias que dividen al cuerpo de Cristo. Antes bien, proveernos de en sentido de esperanza: Jesús volverá y una orientación para la vida cotidiana. Vivir como si regresara mañana mismo.

¿Cómo vives tú?