Vosotros sois la sal de este mundo. Pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo seguirá salando? Ya no sirve más que para arrojarla fuera y que la gente la pisotee. (Mateo 5:14)
¡Qué pena cuando una buena comida se ve arruinada por la falta de sal! No es necesario darle más vueltas, sin duda, todos lo hemos experimentado y decepción es lo que mejor podría describir esa situación. Jesús afirma que esa es la realidad del seguidor que no vive el tipo de vida que Él espera y el mundo necesita. ¡Qué triste si realmente somos una decepción para el mundo porque nuestra forma de vivir personal y comunitaria es el equivalente a una comida sosa! Siguiendo la lógica del razonamiento de Jesús serían vidas que desde la perspectiva de la misión y el Reino no sirven para nada porque no llevan a cabo su función.
¿Qué resultado aportaría una evaluación honesta de nuestra vida?