Pero vosotros sois... sacerdotes reales. (1 Pedro 2:9)

Pedro dice mucho más acerca de nuestra identidad, de quiénes somos, sin embargo, quiero centrarme en este aspecto.

Sacerdote en latín se dice pontífice, literalmente constructor de puentes. Es una bella y desafiante imagen de lo que somos o deberíamos ser los seguidores de Jesús. Un puente, véase la foto, une dos partes, dos mitades que de otro modo estarían irremisiblemente separadas por muy cercanas que estuvieran la una de la otra.

El cristiano está llamado a establecer puentes con una sociedad, una cultura, unas personas que se encuentran separadas del Señor. Nuestra forma de actuar ha de ir encaminada en esa dirección. Entiendo, porque a mí también me pasa, que muchos aspectos de la cultura que nos rodea nos escandalicen y atenten contra nuestros valores. Sin embargo, y a pesar de ello, hemos de continuar adelante en nuestra tarea de establecer puentes. Lo que no podemos ni debemos de ninguna manera es levantar muros entre las personas y Dios y, lamentable y equivocadamente, es lo que hemos estado y seguimos haciendo. Conocer a Dios en nuestra sociedad no es nada fácil y nosotros no lo favorecemos con nuestras posturas.

Como siempre el ejemplo a seguir es Jesús. Estaremos de acuerdo que no comulgó con la cultura de su tiempo pero, al mismo tiempo, tuvo una gran capacidad de establecer lazos de amor con todo ser humano.

¿Tu fe levanta muros o establece puentes?