¿Por qué os fatigais en lo que no sacia? (Isaías 55:2)

¡Qué pregunta tan incisiva! Desde Génesis 3, cuando decidimos declararnos autónomos en independientes con respecto a Dios, seguimos buscando un sentido de propósito, identidad, valor y dignidad. Una búsqueda universal en la que cada uno de nosotros corremos tras cosas totalmente diferentes, aquellas en las que creemos o confiamos en que nos llenarán.

La triste realidad es que, en el mejor de los casos esa saciedad es temporal, muy temporal y nos obliga a una nueva búsqueda o a una dosis mayor de la primitiva. En el peor de los caso el resultado es frustrante y aumenta la desesperación. Incluso nosotros, los seguidores de Jesús vivimos con esta tensión. Lo reconocemos a Él como la fuente de toda vida, aquel que puede darnos vida abundante, pero, nuestra realidad como seres rotos sale a la superficie y nos lanzamos, como los demás, a esas búsquedas que tan sólo nos cansan.

¿Dónde está tus búsqueda?