Jesucristo, descendiente de David y de Abrahán. (Mateo 1:1)
Que Jesús fue un auténtico ser humano, de carne y hueso como nosotros es mucho más que una declaración teológica, tiene muchas implicaciones para nuestra vida de cada día. Mencionaré solamente dos. La primera es que nuestro Dios es empático, tiene la capacidad de ponerse en nuestro lugar porque ya estuvo en él durante su vida humana. Jesús puede entender nuestras tentaciones, nuestras luchas, nuestras frustraciones, nuestros estados de ánimo ya que Él mismo los experimentó. ¿De qué nos serviría un Dios que no puede entender la experiencia humana ya que nunca formó parte de la misma?
La segunda es que Jesús se convierte en el referente de lo que significar ser un ser humano. Hoy en día en que muchas de las personas en las sociedades occidentales sufren una seria crisis de identidad intentando discernir quiénes son sin más referencia que ellos mismos; o cuando incluso nosotros mismos, los seguidores de Jesús, seguimos modelos de referencia ajenos a la Escritura, el Maestro, con su completa humanidad nos recuerda lo que significa ser humano y vivir como tal.
¿Quién es tu referente, no teórico, sino práctico, de ser humano?