Por lo demás, hermanos, pensad en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, pensad en ello. —Filipenses 4:8

Una de las características del tiempo en el cual nos ha tocado vivir es la saturación de estímulos. A través de los medios de comunicación social -televisión, prensa, radio, Inter- net- y las diferentes redes sociales, día y noche, en todo momento, desde que nos levan- tamos hasta que nos vamos a dormir estamos de forma continuada recibiendo estímulos externos en nuestros cerebros.

El silencio nos asusta y por eso encendemos la radio. La televisión nos hace compañía cuando estamos solos. La música nos relaja y los teléfonos inteligentes nos permiten estar conectados con el exterior mientras viajamos en bus, esperamos en un semáforo, hacemos tiempo para la próxima cita, etc. Es bien difícil centrarnos en nuestro interior y reflexionar cuando tantos estímulos nos distraen y nos invitan a enfocarnos en el exte- rior.

¿Cómo vamos a seguir la recomendación del apóstol Pablo si nuestro cerebro está cons- tantemente recibiendo estímulos externos que, en algunos casos nos previenen, y en otros, nos excusan de poder dedicar tiempo a estar a solas con Dios y reflexionar?

Por eso, mi invitación en el día de hoy es a que hagas ayuno de teléfono móvil, Internet y cualquier medio de comunicación social sea radio, televisión, prensa, etc., durante el día de hoy. Mi invitación es que lo hagas, no porque sean malos en sí mismos, sino para que prestes atención a dos cosas.

La primera, dedicar el tiempo que están ocupando los medios y las redes a estar con el Señor, hablar con Él, leer la vida de Jesús y reflexionar acerca de qué aspectos debemos imitar en nuestra propia experiencia humana. La segunda, pensar sobre ti mismo, tu capacidad o incapacidad de prescindir de estas cosas, el punto hasta el cual te has hecho dependiente y te ha creado adicción.

Esta es la invitación de la Cuaresma para el día de hoy. Por cierto, no me llames, hoy no contestaré el teléfono, ni mensajes, ni whatsapp, ni nada similar.