Pero Jesús... reprendió a su vez a Pedro, diciéndole: -¡Apártate de mí, Satanás! ¡Tú no piensas como piensa Dios, sino como piensa la gente!

El Señor ya lo dijo a través del profeta, ni nuestros pensamientos ni nuestros caminos son los suyos. Es un tema preocupante porque el hecho de ser personas religiosas -Pedro era de las tres personas más cercanas al Maestro- no nos garantiza que pensemos y veamos el mundo como el Señor lo hace. De hecho, estamos inmersos en una cultura, formamos parte de la misma y estamos expuestos a que su forma de pensar y procesar la realidad se convierta en la nuestra. 

Es por eso que el salmista le pide al Señor que examine sus pensamientos (Salmo 139) para detectar hasta qué punto hemos adoptado formas de pensar y procesar la realidad que no son las propias de Jesús y el Reino sino del entorno social en el que nos movemos. Y no olvidemos que la forma en que pensamos determina como vivimos.

¿Cuánto hace que nos has sometido a análisis tu forma de pensar sobre ti mismo, los demás, la realidad, el mundo, etc.?