¡Prestad atención! Una joven virgen quedará embarazada, y tendrá un hijo. Y llamarán a ese niño Emanuel. Este nombre significa "Dios está con nosotros". (Mateo 1:25 TLA)

 

¿Cómo es Dios? ¿Cómo es posible tener una imagen correcta de ÉL? Vivimos en una sociedad en la que Dios es totalmente desconocido, pero, paradójicamente, una vasta mayoría de la población considera que tiene el suficiente conocimiento como para justificar o explicar el desecharlo y no considerarlo como algo relevante para sus vidas. No se relacionan con Dios sino con el cliché, la idea preconcebida que se han formado de Él.

 

Esto nos sucede también a nosotros los que nos consideramos seguidores de Jesús. Tenemos tres o cuatro ideas acerca del Señor y no importa si son precisas y reflejan quién es Él o no, es con esta imagen prefabricada con la que nos relacionamos y a la que consideramos nuestro Dios. Hay una lamentable y perniciosa ignorancia acerca de quién es Dios.

 

El evangelio de Juan nos dice que a Dios nadie le ha visto jamás, pero que Jesús nos lo ha dado a conocer. Los textos del Nuevo Testamento una y otra vez repiten la idea de que el Maestro es la auténtica y definitiva imagen de Dios, que si queremos saber cómo es Él, cómo piensa con respecto a nosotros, cuáles son sus intenciones para nuestras vidas y para el mundo debemos mirar a Jesús. Dios, en el Antiguo Testamento prohibió que nos hiciéramos imágenes de la divinidad y, como consecuencia, el mundo protestante ha rechazado toda iconografía. Sin embargo, más peligroso y dañino que las imágenes físicas son las mentales que nos hemos hecho de Dios. Hemos evitado un peligro para tal vez caer en otro peor.

 

Por eso, el nombre dado a Jesús no es casual. Indica que es total y auténticamente Dios -del mismo modo que el total y auténticamente humano-  y que podemos ¡Por fin! Hacernos una idea real y precisa de la divinidad y, por tanto, relacionarnos con Dios tal y como es y no con los tópicos culturales que nos rodean, tanto los de la sociedad como los del mundo cristiano.

 

¿Cuánto de tu idea de Dios responde a clichés y no a un conocimiento auténtico?

¿Qué implicaciones tiene para ti lo que hayas respondido a la primera pregunta?

¿Qué sientes de parte de Dios que deberías hacer con esta información?