Cómo evaluar el valor, sentido o significado de una vida. Cuando estás en mi edad -67 a punto de doblar la esquina de los 68- esta pregunta se vuelve más acuciante. Qué criterios puedo usar para considerar si he vivido bien o no. Se me ocurren dos y quiero compartirlos.

El primero es en qué tipo de persona me he convertido. De qué forma el paso de los años por mi vida me ha hecho más similar a Jesús, su carácter, su forma de ser, sus prioridades, su manera de ver la vida se reflejan en el tipo de persona que soy. Al fin y al cabo este es el propósito de ser cristiano, de seguirlo a Él, parecerme a Jesús, porque, cuanto más me parezco a Él más auténtica y genuinamente humano me vuelvo.

La segunda es que tipo de influencia he dejado en la vida de otros, en el mundo en general. Preguntarme si he sido de bendición, si he podido dejar una huella positiva en la vida de otros, si me he unido al Señor en su trabajo de restaurar y reconciliar todas las cosas consigo mismo por medio de Jesús. 

La verdad es que no se me ocurren otros criterios para evaluar una vida desde la perspectiva cristiana. Por eso, si ya tienes una cierta edad -como es mi caso- pregúntate a ti mismo estas dos preguntas. Si, por el contrario, aun te queda mucho recorrido por delante, pregúntate si de seguir viviendo como lo estás haciendo, cómo responderás a estas preguntas cuando llegues a mi edad. Tú aun puedes estar a tiempo de cambiar.