Como el agua es espejo del rostro, la conciencia lo es del ser humano. (Proverbios 27:19)
El agua no miente, tan solo nos devuelve lo que somos. La conciencia puede que no nos mienta y sólo nos devuelva lo que hay en nuestro interior. Digo, puede que no nos mienta, porque la conciencia no es infalible. Puede ser domesticada, acaba diciéndonos lo que queremos oír. Puede ser silenciada porque de tanto ignorar su evaluación deja de emitir. Puede emitir juicios equivocados porque la conciencia es como un ordenador o móvil, sólo puede funcionar con el software previamente cargado.
Para que la conciencia sea útil debe ser guiada por el Espíritu Santo y la Palabra del Señor, solamente entonces podrá reflejar de manera honesta nuestro interior y, consecuentemente, si la oímos, trabajar sobre ello. ¿En qué estado se encuentra tu conciencia?