A este Cristo anunciamos, corrigiendo y enseñando a todos con el mayor empeño para que todos alcancen la plena madurez en su vida cristiana. (Colosenses 1:28)

¿Cómo se mide la madurez en la vida cristiana? ¿Cómo la mides en tu propia vida? ¿Cuáles son los indicadores objetivos de que realmente te estás moviendo hacia esa madurez? Aún más ¿Qué es la madurez cristiana?

Si admitimos que hemos sido salvados -entre otras cosas- para que Cristo sea formado en nosotros (Visita Gálatas 4:19; Efesios 4:11-13 y 1 Juan 3:1-3 entre otros), es decir para que seamos igual que Jesús en nuestra forma de pensar, vivir, sentir, actuar, etc. Entonces podremos decir que somos maduros, estamos madurando en la medida en que cada vez nos vamos pareciendo más y más a nuestro Maestro. Nos vamos convirtiendo, y no es broma, en pequeños Jesuses, imitadores en todo de nuestro Maestro, de nuestro hermano mayor, en personas que de manera intencional se plantean cómo viviría Jesús la vida que nos ha tocado vivir a nosotros.

El año está a punto de acabar. Miremos hacia atrás y preguntémonos si Jesús es más evidente en mi vida de lo que lo fue a principios del 2024; si podemos afirmar que nos vamos moviendo de forma satisfactoria en direccion a esa madurez.