Segunda característica, realista. Uno tiene que ser honesto consigo mismo acerca de lo que es capaz o no de hacer y llevar a cabo en la realidad de su vida cotidiana. Una regla sobrecargada de disciplinas puede convertirse en una carga pesada en vez de en un motivo de gozo, en una frustración en vez de una liberación.

 

Tercera característica, escalable. La veo muy relacionada con el punto anterior. Personalmente recomiendo comenzar poco a poco, con dos o tres disciplinas básicas e ir escalando, añadiendo otras nuevas, en la medida en que nos encontremos a gusto con las ya incorporadas y estén fuertemente arraigadas en nuestra vida.

 

Cuarta característica, flexible. La regla está a tu servicio para canalizar y moldear tu espiritualidad y no tú al servicio de la regla. Recuerda, sin embargo, que hay un equilibrio entre la pereza y la procrastinación, por un lado, y el legalismo por otro.