El alimento sólido, en cambio, es propio de adultos, de los que por la costumbre están entrenados para distinguir entre el bien y el mal. (Hebreos 5:14)
El anónimo autor les indica a sus lectores que todavía tiene que repetirles el A, B, C de la vida cristiana; algo que para él es sorprendente debido al mucho tiempo que llevan en la fe. Está tratándolos como niños en Cristo. No es la inmadurez propia de aquel que comienza a caminar en los caminos del Señor, es más bien la de aquel que lleva años de aparente seguimiento del Maestro pero su conducta es inmadura.
Son como Peter Pan, aquel adulto que es el estereotipo del adulto que se niega a crecer y desea mantenerse siempre en la niñez. El Peter Pan espiritual es aquel que a pesar de los años que lleva en el Evangelio tiene, como dice nuestro autor, un comportamiento inmaduro, impropio de alguien con la cantidad de tiempo que afirma haber conocido al Señor. Hay ciertas conductas que en los niños nos producen gracia porque son propias de su edad y que, sin embargo, en los adultos resultan impropias y patéticas.
¿Listo para alimento sólido o necesitas continuar todavía con el A, B, C?