El que es fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho; y el que no es fiel en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. (Lucas 16:10)
Llevo décadas dirigiendo personas y formando líderes y este principio establecido por Jesús me ha orientado tanto en el mundo mal llamado secular y también en el mundo mal llamado religioso. Me he encontrado con muchos aspirantes a líderes que deseaban tener influencia, proyección, reconocimiento, impacto, etc. Cosas todas ellas buenas; pero fallaban en su capacidad de servir en las pequeñas cosas, aquellas que eran necesarias pero que no tenían las características que ellos buscaban. Por tanto, declinaban el llevar a cabo esas responsabilidades o, si las hacían, lo llevaban a cabo con desidia y poca calidad. Un buen líder toma nota de estas actitudes y sigue el principio bíblico a la hora de promocionar y desarrollar líderes.
¿Puede ser que el Señor no te haya encomendado cosas mayores por la manera en que has trabajado con las cosas menores?