MUJERES

 

Judá fue el padre de Farés y Zara; la madre fue Tamar… Salmón fue el padre de Booz, la madre fue Rajab…  Booz fue el padre de Obed; la madre fue Rut. David fue el padre de Salomón, a quien engendró de la que había sido esposa de Urías [Betsabé]… Y María fue la madre de Jesús que es el Mesías. (Mateo 1:3, 5, 6 y 16)

 

Nada es casual en la Biblia. En su genealogía de Jesús, Mateo tan sólo menciona cinco mujeres ¡Pero vaya mujeres! Ya es excepcional que se mencionen mujeres en una sociedad patriarcal como la judía del primer siglo. Pero sigamos con aquellas cinco mencionadas. Que sepamos tres de ellas eran extranjeras, Tamar, Rajab y Rut. Y todas ellas, sin excepción, quedaron embarazadas y dieron a luz en lo que podríamos llamar circunstancias especiales y sospechosas. 

 

Lo normal sería limpiar el árbol familiar y mencionar aquellos miembros de este que fueron honorables y políticamente correctos. En España, desde los Reyes Católicos (Siglo XV), la limpieza de sangre, lo que se denominaba ser un cristiano viejo, era considerado algo fundamental y necesario para poder progresar social, política y económicamente, además de para estar a salvo de las garras de la temida Inquisición.

 

Al mencionar a estas mujeres Mateo nos muestra el carácter inclusivo de Jesús y su buena noticia para la humanidad. Él no se avergüenza de considerar familia a personas que en su tiempo (incluso en el nuestro) eran consideradas moralmente reprobables o socialmente inaceptables. Todo el mundo es bienvenido en su familia y tiene una contribución a hacer.

 

Esto nos plantea un reto a los que nos consideramos seguidores de Jesús. El Maestro nos reta a dejar de lado nuestros prejuicios culturales, religiosos y sociales para amar y aceptar incondicionalmente, como Él lo hace, al diferente en cualquiera de sus manifestaciones. Jesús primero ama y luego invita a la conversión. Nosotros, lamentablemente, hemos cambiado el orden, primero te has de convertir para que te pueda amar. Aquí el orden de los factores sí que altera el producto.

 

REFLEXIÓN

 

¿Por qué escoger a estas mujeres y no a otras más decentes?

¿Quién o quiénes en tu cultura te producen el rechazo que debieron producir esas mujeres?

¿Qué debes hacer con esos sentimientos de rechazo?

¿Por qué es importante entender que el amor va antes que la conversión?

¿Qué sientes de parte de Dios que deberías hacer con esta información?