¿Acaso hay algo imposible para el Señor? (Génesis 18:14)

Hemos de ponernos en contexto. Sara, a quien va dirigida esta frase, hace la siguiente reflexión: "yo soy estéril y mi marido centenario; ahora resultará que vamos a tener un hijo. ¡A la vejez viruelas!, no tiene el más mínimo sentido y es no ser consciente de la realidad. Sara tiene toda la razón del mundo; su apreciación y evaluación de su realidad es precisa y objetiva; describe con total y absoluta claridad lo que hay.

Pero, como una y otra vez vemos a lo largo de las Escrituras, su percepción, aunque cierta, deja fuera de la ecuación a Dios, su poder y su capacidad para intervenir en la pequeña historia de cada ser humano. La percepción de Sara no es incorrecta, simplemente es incompleta, no tiene en cuenta lo que el Señor puede hacer porque ella no puede imaginar una realidad alternativa.

Pienso en mi propia vida (puedes pensar en la tuya), hay cosas que quisiera que el Señor hiciera, que están alineadas con su voluntad, pero que cuando observo la realidad no puedo ver ningún indicio de que aquello pueda pasar, no puedo imaginar una realidad alternativa y, por tanto, un sonrisa irónica aparece en mi rostro. Me pasa, pues, como le sucedió a Sara, tengo una comprensión precisa pero incompleta de la realidad, dejo a Dios fuera de la ecuación por mi incapacidad de visualizar alternativas.

Hay, pues, que volverlo a traer a la ecuación.