Esta es la religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre: asistir a los débiles y desvalidos en sus dificultades y mantenerse incontaminado del mundo. (Santiago 1:25)
Muchas personas reaccionan negativamente cuando les digo que Dios no necesita nada de ellos. Me parece que tiene todo el sentido. Él es completo en sí mismo, autosuficiente ¿qué le podemos aportar nosotros? La adoración y la alabanza nos hace bien a nosotros mismos porque nos fuerza a reconocer quién es Él y que hace en nuestras vidas y en el mundo, pero ¿te imaginas tal vez a Dios como un megalómano cósmico necesitado de que le digamos qué bueno es y cuánto le queremos?
Hay una segunda parte de la afirmación "Dios no necesita nada de ti" es la siguiente: "tu prójimo lo necesita todo de ti" Y aquí es donde incide Santiago al afirmar que la auténtica religión tiene una clara dimensión orientada a las necesidades de nuestro prójimo y especialmente de aquellos que son más vulnerables. No en vano en la Biblia el Señor se denomina a sí mismo con el defensor de todos los vulnerables. Santiago sólo enlaza con esa corriente bíblica que afirma que la auténtica espiritualidad pasa por el servicio al necesitado. Misericordia quiero y no sacrificios afirma el Antiguo Testamento. Misericordia quiero y no sacrificios reafirma Jesús. Y no olvidemos el inquietante pasaje de Mateo 25 sobre el juicio final.
¿Cuán auténtica e intachable es tu religiosidad?