Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino es por mí. (Juan 14:6)

Jesús no puede ser más claro y tajante en su afirmación de exclusividad. Ahora bien, en ese camino hay una gran variedad de experiencias de viaje
 y, por mucho que nos pese, la nuestra no es, ni mucho menos, ni la única y ni siquiera la mejor de ellas. No se trata de restarle validez a la nuestra, sino humildemente reconocer el valor de otras singladuras que, por extrañas que nos puedan parecer, están dentro de ese único camino. En definitiva, ninguna duda ni objeción a que Jesús es el único camino, así lo dejó establecido Él, pero advertencia sobre el peligro, osadía y arrogancia a confundir mi viaje con el camino y, por tanto, despreciar o sospechar de todos los otros viajes.

¿Por qué es importante reconocer que aunque hay un solo camino existen diferentes experiencias de viaje?